La Universidad británica de Essex ha trazado el perfil de cuál sería la persona más aburrida del mundo.
Tras examinar a más de 500 personas en cinco experimentos, han llegado a la conclusión de que se trata de un trabajador religioso que se dedica al análisis de datos, al que le gusta ver la televisión y que vive en la ciudad.
A ese trabajo, le siguen la contabilidad, la limpieza y la banca.
Este trabajo está publicado en la revista científica ‘Personality and Social Psychology Bulletin’. El estudio también demostró que ser percibido como aburrido probablemente transmite poca competencia y poca calidez interpersonal. Sin embargo, a pesar de la percepción negativa, el estudio recuerda que la sociedad necesita personas que desempeñen funciones como la contabilidad y la banca.