Las comidas familiares pueden salir o muy bien o muy mal, en ocasiones pueden ser como una bomba a punto de explotar, pues bien, para intentar que estas fechas no tengamos dramas familiares hay que evitar ciertos temas.
Conflictos familiares: Algo obvio, pero hay que recordarlo. Si no tragas a tu tía no es el momento de recordarlo en estas cenas o comidas familiares, no es el momento para lanzar ningún dardo a tu familiar menos querido. Lo mejor dejar pasar el tema o hablar antes o después de estas fechas para aclarar el conflicto si es que queréis hacerlo.
Religión: Tema espinoso también. Pero da igual que seas ateo o el más religioso del mundo, la mesa de Navidad no es el lugar adecuado para hablar de religión. Las diferencias aparentemente pequeñas en los puntos de vista religiosos pueden ser gigantescas.
Lo geniales que son tus hijos: Si es algo obvio, pero no es el momento de comparar entre primos, no hace falta que en ese momento digas que tu hijo ha marcado 180 goles en la última temporada o que tu hija no baja del 10 en el instituto, estos comentarios pueden resultar algo incómodos para el resto de familiares porque piensen que a lo mejor estás haciendo de menos al resto de niños.
Opinar sobre la vida de los demás: Si tienes una prima que no quiere casarse ni tener hijos no eres tú quien para decirle que está equivocada y menos delante de todos los familiares.
Política y noticias: en telediarios de 45 minutos hay muchas noticias para comentar, desde lo último que ha hecho el gobierno hasta cómo evolucionan las guerras en el planeta. Entendemos que hay mucho de qué hablar pero como lo más probable es que no todo el mundo piense lo mismo y no se vaya a generar un enriquecedor debate sino una acalorada discusión, mejor no sacar estos temas. No vas a hacer que nadie cambie de opinión sobre nada en este entorno, y el drama es básicamente un hecho.
Fútbol: no hay que hablar de fútbol, aunque todos sean d un mismo equipo esto puede dar lugar a más de una bronca.