Un joven barcelonés se implanta dos aletas artificiales en el cráneo para poder sentir los fenómenos atmosféricos.
Manel de Aguas, de 24 años, fue noticia en 2017 cuando creó el primer dispositivo que permitía sentir las vibraciones atmosféricas. En ese momento, este dispositivo era un prototipo que se basaba en una placa de circuito que colgaba de una diadema que se colocaba detrás de la cabeza. Al año siguiente, Manel colocó un par de aletas a cada lado de la diadema y anunció que su intención era implantárselas en el cráneo.
Este año, el joven Manel ha llevado a cabo su propósito y ha convertido esas aletas en órganos funcionales capaces de percibir la temperatura, la humedad y la presión atmosférica. Estas aletas pesan 500 gramos y se pueden recargar con energía solar y, además, pueden conectarse a varios dispositivos a través de conexión wifi.
«Exploraré el clima a través de un nuevo órgano sensiorial», explicaba Manel. Además, confesaba que siempre le han interesado las especies marinas, por lo que crear un órgano en forma de aleta fue una idea que le surgió desde dentro.