Una mutación genética hizo que la serpiente naciera con estas curiosas manchas en su cuerpo.
Justin Kboylka es un criador de serpientes de Georgia, en Estados Unidos que confesó que lleva 8 años tratando de perfeccionar los patrones de la piel de las serpientes a través de su reproducción. Es decir, escoge distintas especies relativamente comunes de estos reptiles, las junta para que se reproduzcan y, así, consigue crear nuevas serpientes con diferentes características físicas que ocurren debido a la mutación genética. De esta manera, después de 8 años ha logrado crear una serpiente muy especial: una pitón blanca con manchas de color naranja en forma de carita sonriente.
Justin ha confesado estar muy feliz por este «accidente» y dijo que probablemente solo una de cada 20 serpientes nacerían con este particular patrón si esta se reproduce.
Este criador no ha querido perder la oportunidad y ha vendido la serpiente por 6.000 dólares, unos 5.000 euros.