La ciencia confirma que las personas poco puntuales viven más años.
A esa conclusión ha llegado un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, donde se detalla que a las personas que llegan tarde se les asocia un mayor índice de optimismo y alegría, dos características que contribuyen a alargar la calidad de vida y, por tanto, aumentan las probabilidades de vivir durante más tiempo. Estos individuos también tienden a sufrir menos estrés, un factor que puede ser una de las principales causas de enfermedades como el Alzheimer.
. Por tanto, si estas personas presentan menos niveles de estrés, las posibilidades de sufrir síntomas prematuros de envejecimiento disminuyen. La conclusión final es que cuanto menos nos preocupemos por llegar a tiempo, más felices seremos. Eso sí, esto no quiere decir que debamos convertir el ser impuntuales en una costumbre, ya que puede causar malestar entre las personas que nos estén esperando.