El sueño de Richard Plau era entrar en el Libro Guinnes de los Récord y por el momento ese sueño no se ha cumplido a pesar de hacer historia con su Torre Eiffel de cerillas.
El galo terminó su macroproyecto la última semana de diciembre de 2023 y, deseoso de que la publicación reconociese su trabajo, presentó una solicitud para ingresar en el prestigioso listado que recoge los hitos más impresionantes de la historia. El Libro Guinness de los récords se lo denegó «sin ni siquiera examinar a fondo la solicitud».
El motivo por el cual ha sido descalificado es el de usar cerillas que no se pueden comercializar. Plaud explica que comenzó a construir la réplica de la Torre Eiffel con fósforos convencionales, pero el Guinness World Record recogía entre sus condiciones que las cerillas utilizadas debían estar despojadas de su punta roja inflamable y que la madera «no debe deformarse hasta el punto de que ser irreconocible».
Richard Plaud acabó harto de tener que recortar una a una las puntas inflamables de sus cientos de miles de cerillas, por lo que contactó con la empresa fabricante de las mismas para que le entregara las varillas de madera en cajas de 15 kg.
Ante este varapalo no se da por vencido y espera que le dejen un espacio en los Juegos Olímpicos de París este verano.