Estás en plena discusión con tu pareja, amiga o ese compañero de trabajo. Crees que tus palabras tienen que ser contundentes y que todo girará en torno a lo que digas, pues te equivocas, ¡solo tienen un 7% de importancia en la comunicación!
Según el psicólogo Albert Mehrabian, el impacto de nuestro mensaje se distribuye así: un 7% son las palabras, un 38% el tono de voz y un 55% el lenguaje corporal. Lo llama la regla del 7-38-55. En definitiva el tono de voz y el lenguaje corporal será un reflejo de manera coherente con sus palabras.
Esto significa que puedes recitar el discurso más elocuente del mundo, pero si tu tono suena amenazante y tu lenguaje corporal grita «estoy a punto de explotar», el mensaje que llegará será ese: el de una bomba a punto de estallar. En resumen, el 93% de lo que comunicamos no sale directamente de nuestra boca, sino de cómo lo decimos y de los gestos que hacemos.